Bitácora poético/cletera...que es lo mismo ni es igual
Journal for poetry and cycling lovers ...that is the same yet it's not equal

domingo, 15 de enero de 2017

Fall in Autumn - 19th entry -

FALL IN AUTUMN
                     540 days off season


entry 19  English Breakfast

               La primera vez que comí un Flapjack fue guiado por el hambre más que por la curiosidad o alguna que otra recomendación. Con más apetito que dinero había llegado hasta uno de los tantos mini supermercados dispuestos por doquier y había decidido comprar lo primero que me despertara buena espina. Por una libra, unos mil pesos chilenos, había descubierto mi mejor reemplazo para la noble marraqueta nacional la cual no disfrutaría en los siguientes seis meses. 180 días antes del viaje, había decidido dedicarme a comer todas aquellas cosas que difícilmente podría saborear en los siguientes. Charquicán, empanada de pino, lentejas con zapallo, mote con huesillo, pastel de choclo, humitas, aceitunas, paltas, melón tuna, betarragas, y arroz con leche serían sólo algunas de las cosas que devota, y también secretamente, haría parte de mi dieta. A diferencia de en Chile, donde la comida tradicional abunda, en las ciudades al sur de Inglaterra pareciera que este tipo de platos ha sido relegado a lugares muy específicos. En efecto, en cualquier calle de Londres, Bristol, Winchester, Bath o Southampton uno puede disfrutar con total facilidad y a bajísimo precio, de una amplia gama de platos internacionales que van desde la comida italiana y  española, hasta platos de origen indio, coreano, chino y malasio. Sin dejar de lado con ello las regiones interiores del este de Europa, Croacia, Polonia, Hungría, Bulgaria y los Balcanes; Chipre, Turquía, Paquistán, Bangladesh, Myanmar, y Singapur; y si el afán no es comer en un “take away” que es básicamente comida rápida para llevar, bien puede uno abastecerse en las decenas de mini supermercados que venden alimentos procedentes de todas partes del mundo, especialmente Europa del este, Medio Oriente, y el Sudeste asiático. Uno puede hacerse un menú internacional entero en un solo día por unas cuantas libras, o preparar el más diverso recetario culinario con el mismo dinero. Y si la opción no está en los mencionados emporios de comida, bien están los expendios de sándwiches, supermercados y tiendas del rubro, las cuales ofrecen en sus refrigeradas despensas emparedados del más diverso tipo, incluyendo tocino, diversidad de quesos, vegetales, choclo (maíz) con pollo, salmón ahumado con salsa tártara, barbecue, de ajo, cebolla, mayonesa, mostaza, especias y similares. Bien si uno no gusta de los take away ni tampoco uno pretende cocinarse a sí mismo, bien uno puede ir a estos lugares y abastecerse hasta los dientes de cuanta variedad de sándwich existe. Con la lógica de estar siempre en movimiento, raros son los locales de comida tradicional como podrían esperarse en Chile o en otros lugares de Sudamérica, imperando en la dieta del inglés común la idea de una comida completa constreñida entre dos panes de molde. Amplia es así la gama de panes de este tipo posibles de hallar. Desde el más común y deslavado pan de molde blanco hasta el más graneado y multi-semilla posible. Abundantes también son las “Pasties”, básicamente una empanada con una masa un tanto más hojaldre y rellena de cuanta cosa se le pueda a uno ocurrir, desde huevo hasta espinaca, pasando por variedad de jamones, tocinos y quesos. Punto aparte para los famosos “Fish and Chips”, un conjunto de papas fritas sin sal servidas junto a una presa de pescado sin espinas y adobado en un batido frito, dentro de un cambucho de papel semi absorbente color gris.  La gracia, dicen los locales, está en los aderezos. Mostaza, salsa tártara, de ajo, vinagre y otros completan la lista de agregados permitidos para tan noble preparación. De ahí que, en el afamado “English Breakfast”, comprendido éste de huevos, legumbres horneadas, tocino, jamón, salchicha, tomate cherry y champiñones, sea común agregarle alguna de las salsas mencionadas arriba.   La guinda de la torta, como decimos en Chile, está en su tradición panadera y pastelera. Budines, tartas, trufas, pasteles, galletas, scones y flapjacks, que en definitiva son barras de avena, muesli, azúcar rubia, mantequilla y sirope; dan cuenta de una rica tradición en base al uso de masas, frutas y sus derivados para mermeladas y rellenos. Habiendo descubierto ya el dulce mundo de la repostería británica, y en el afán de no perder la costumbre, un buen día decidí prepararme lentejas, sólo para descubrir que el querido zapallo nacional con el que hacemos las nobles sopaipillas, en Inglaterra es inexistente. Lo más parecido es un zapallo algo alargado cuyo sabor se asemeja al buscado y por ello decidí utilizarlo para mi forzada receta. Sin especias, porque a diferencia de en Chile, en suelo británico hasta el orégano cuesta una libra, el plato bien podría bautizarse lentejas solas; sin arroz, sin zapallo, sin papas, sin especias, pero con mucho amor.






English Breakfast – West End

Fotografía/Photo por/by David Lethei

2 comentarios:

  1. Hola
    Tú mami me dio tu página. No sabes cuanto disfruto tus capítulos, en varias de tus historias me siento muy identificada. Llevo casi un año viviendo en Estados Unidos, así como se extraña la marraqueta, la comida simple y casera, las ensaladas con limón y tanta cosa nuestra.
    Se que volviendo a nuestra tierra extrañaré cosas superiores como la amabilidad, limpieza, respeto de lo ajeno, cuidado del bien común y todo eso que bien sabemos significa un país primermundista. Felicito tu modo de redacción claro y con ese detalle que invita a ir por un mapa o a investigar un poco más allá. Suerte con tu proyecto y seguiré tus días.

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    1. Muchas gracias por tu mensaje. Me complace mis capítulos puedan interpretarte de la manera que describes, ésa ha sido precisamente una de sus prerrogativas, permitirle incluso a un anónimo/a caminar las palabras y a la distancia conectarse en base a la experiencia. Nos vemos en la ruta.

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