HIMNO DE LOS ÚLTIMOS DÍAS
(versión extendida)
Según el sol asciende
afeita su cabellera el ancestro
perfuma en su memoria el polvo
lustra su moderna armadura
ya no caza, consume
camina ensimismado
no vibra con el trueno
sonríe a los clientes
encubre sus latidos
sangra, mas no siente
...pero el sol desciende,
todo sol desciende...
y trae la noche sus huestes
tribales y descomedidas
azota la fusta el jinete
de los últimos días
y olvidan sus tumbas los muertos
y pierden, su nombre los días
no hay vivo, sin sello en la frente
son estos, los últimos días
y marca su ritmo asesino
el tiempo, cual metal hiriente
sucumben los reinos paridos
por la ramera Occidente
y entonces, a semejanza e imagen
el árbol, que nos hizo conscientes
de cuajo, nos arranca el lenguaje
de golpe, nos arroja inocentes
AL ABISMO.
Ahí, donde el Dios de los ateos abre por fin todos los sellos
y sus legionarios galácticos entonan el himno
del fin de los tiempos
y es un ritmo antiguo e ininterrumpido;
los bombos terrestres
y es un trino intestino, afilado e invicto
las cuerdas de dientes
y coloso golpea, el latido del cielo
cual el rumor de un bajo
y la voz, inmanente a los padres eternos
nos somete a su halo.
...según el sol revierte
su milenario transitar,
son los hijos del Hijo los que conjuran el sino;
entonando una épica de veloces arpegios
magullando instrumentos a punta de riffs
recupera su rito la tribu insurrecta
su jinete es el metal que sacude su crin...
Cuando se haga el silencio;
el sonido renacidos, nos ha de hallar
y dicho sonido, será grito antiguo
plegaria un día, descarga simiente
los enviados bajarán sus trompetas
los elegidos, sus mástiles y puentes
rotos habrán quedado los platillos
trizas, las gargantas y las sienes
pues se hará silencio y será temple
mantra de los últimos días
habrán los dioses vomitado su metal
sobre todas nuestras tumbas.
afeita su cabellera el ancestro
perfuma en su memoria el polvo
lustra su moderna armadura
ya no caza, consume
camina ensimismado
no vibra con el trueno
sonríe a los clientes
encubre sus latidos
sangra, mas no siente
...pero el sol desciende,
todo sol desciende...
y trae la noche sus huestes
tribales y descomedidas
azota la fusta el jinete
de los últimos días
y olvidan sus tumbas los muertos
y pierden, su nombre los días
no hay vivo, sin sello en la frente
son estos, los últimos días
y marca su ritmo asesino
el tiempo, cual metal hiriente
sucumben los reinos paridos
por la ramera Occidente
y entonces, a semejanza e imagen
el árbol, que nos hizo conscientes
de cuajo, nos arranca el lenguaje
de golpe, nos arroja inocentes
AL ABISMO.
Ahí, donde el Dios de los ateos abre por fin todos los sellos
y sus legionarios galácticos entonan el himno
del fin de los tiempos
y es un ritmo antiguo e ininterrumpido;
los bombos terrestres
y es un trino intestino, afilado e invicto
las cuerdas de dientes
y coloso golpea, el latido del cielo
cual el rumor de un bajo
y la voz, inmanente a los padres eternos
nos somete a su halo.
...según el sol revierte
su milenario transitar,
son los hijos del Hijo los que conjuran el sino;
entonando una épica de veloces arpegios
magullando instrumentos a punta de riffs
recupera su rito la tribu insurrecta
su jinete es el metal que sacude su crin...
Cuando se haga el silencio;
el sonido renacidos, nos ha de hallar
y dicho sonido, será grito antiguo
plegaria un día, descarga simiente
los enviados bajarán sus trompetas
los elegidos, sus mástiles y puentes
rotos habrán quedado los platillos
trizas, las gargantas y las sienes
pues se hará silencio y será temple
mantra de los últimos días
habrán los dioses vomitado su metal
sobre todas nuestras tumbas.
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Versión demo incluída en la Antología Metalenguaje
(Ajiaco Ediciones, 2014)