Vocación de Prometeo,
constructor de arcas,
sólo tus frutos apaciguan el vacío.
El asedio de la ceguera
emprendes con cuchillo
donde otros catapulta,
ariete y torbellino.
El caleidoscopio de la coherencia.
Los hilos de los bailes.
La pincelada. El número.
La vocal.
No importa el disfraz,
sólo el muñeco del carnaval
ardiendo,
ardiendo.
No es misterio sino venda
lo que buscas desgarrar.
¿Hay cordero que merezca
más que tú la eternidad?
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