FALL IN AUTUMN
540 days off season
entry 3 – Getting Lost
Desorientado, caminaba por las calles
cerro arriba en algún punto del vecindario de Midanbury. Caía la noche y el
cansancio arrastrado por la larga caminata desde las arboledas de West End
hasta donde me hallaba ya me estaba pasando la cuenta. Había salido temprano,
como de costumbre, a pie desde Allington Lane para seguir la ruta junto a la
vía del tren y llegar al vecindario universitario de Highfield. Tras tener la
primera impresión de cómo serían los caseríos en Southampton enfilé hacia el
Southampton Common y me maravillé con sus verdes senderos, la ruta de los
amantes y sus lagunas. Luego vendría Shirley, The Poligon y el sector del
puerto; me habría dado una vuelta por los antiguos muros y edificaciones aún en
pie a pesar de su estado dispuestos en torno al Queen´s Park para terminar
llegando al muelle desde donde partirían los ferry hacia la Isla de Wight. La
desembocadura de los ríos Itchen y Test son los que dan forma al estuario en el
cual Southampton se emplaza, y son los grandes puentes de Northam e Itchen los
que logran comunicar los barrios de Ocean Village y Chapel con Woolston e
Itchen al otro lado de la desembocadura. Había caminado hasta la entrada del
anguloso puente sin atreverme a explorar hacia el otro lado. Decidí dirigirme
hacia el siguiente puente, más al norte, pasando por los antiguos caseríos de
Northam cerca del estadio del club local. Ahí, acumulada ordenadamente en los
muelles estaba la basura que no había visto en ningún otro sitio en la ciudad.
Esperando probablemente ser embarcada lejos de la vista de quienes la habían cotidianamente
generado. Al otro lado del río, ya en Bitterne, comencé a dar vueltas guiándome
más por intuición que por certera orientación. Sabía que tenía que dirigirme
hacia el norte, cerca del banco este del río Itchen, ahí donde éste se volvía
pequeño y cruzable a pie; mis días previos ya me habían mostrado que Allington
Lane crecía ahí justo donde el río se volvía un estero. Pregunté en varios
comercios locales sin éxito. Me hizo gracia que, casi como una regla, allá en
Chile siempre surgía alguien para preguntarme por orientación aun cuando yo no
fuera del lugar. Como si tuviera cara de guía turístico o de cierta certeza de
por dónde transito. Incluso el primer día llegado a Southampton, justo afuera
del aeropuerto ya había sido requerido para dar cierta asistencia. Como fuere,
y como suele ser, no hubo nadie que me ayudase a encontrar la ruta de vuelta a
Allington Lane. Eran las 8pm y la temperatura, a pesar de estable, amenazaba
con ir disminuyendo progresivamente. Mi intuición me decía que debía andar
cerca. Lo comprobaría al día siguiente cuando ya de día decidiera tomar el
camino de retorno desde West End hacia Woolston, pasando por Thornhill, Itchen
y Midanbury, donde descubriría que la noche anterior había estado a tan sólo
una cuadra de recuperar el camino. Perderme me hizo notar cuan disímiles podían
ser los vecindarios uno de otro. Si bien cada sector repetía el patrón de estar
flanqueado por verdes áreas, mantener una escala arquitectónica similar y una
predilección casi monótona por el uso del ladrillo en sus construcciones, así
como contar con un centro suburbano con lo necesario para que la comunidad no
se concentrara en el centro de la ciudad como ocurre en Santiago, las sutilezas
sociales se enmarcaban en la forma de hablar, en la ropa, en el gesto. Era
menos probable encontrar a un grupo de gente compartiendo en plena calle en los
sectores más ricos que en los más pobres, donde las comunidades abiertamente
extranjeras podían hallarse discutiendo en torno a algún emporio de Fish & Chips o Kebabs. Tras pasar Woolston y cruzar desde el otro extremo el
puente que el día anterior no me había atrevido a cruzar me encontré de golpe
con el centro cívico de la ciudad. Ahí estaban las iglesias de St. Michael´s,
St. Mary´s, Holy Rood y la puerta histórica conocida como Bargate. Ahí estaban
el Hospital General, el Ayuntamiento, los Malls, cafeterías, restaurantes,
comercios y la multitud de rostros de distintos colores, lenguas y procedencias
que habíamos venido a Southampton para quedarnos de un semestre a un año. Ahí
estaban Watts Park, East Park, Palmerston Park, Houndwell Park y Hoglands Park,
todos conectados como un gran cuerpo arbóreo en el medio de la ciudad, desde
donde partían las rutas que me llevarían al populoso vecindario de Portswood
lleno de tiendas y casas de estudiantes, para luego llegar a Swaythling desde donde
retomaría mis pasos hacia West End tal y como lo había hecho la noche anterior, cuando finalmente había logrado alcanzar la estrechez del río Itchen y el
camino a Primrose Cottage. Eran las 9:30 de la noche y mis piernas,
acalambradas, con dificultad finalmente avanzaban por Allington Lane. Había
sido un día largo, perdiéndose para encontrarse.
Itchen Bridge – Southampton
Fotografía/Photo por/by David Lethei