FALL IN AUTUMN
540 days off season
entry 8 – Fireworks
El
5 de Noviembre de 1605, un grupo de católicos provincianos liderado por Robert
Catesby intentó volar en mil pedazos el Parlamento británico. La casa de los
Lores, como es también conocido el edificio, se aprestaba a su tradicional
apertura anual, momento ideal al ojo de los conspiradores para enviar a James I
de Inglaterra y VI de Escocia, el rey de turno, al quinto infierno junto con
toda la clase política. La disputa entre
católicos y la corona se había extendido ya por casi un siglo, desde que el rey
de la dinastía Tudor Henry VIII, había decidido crear su propia iglesia y
ponerse a la cabeza de ella tras haber sido rechazada su petición de divorcio
por el Vaticano. Nacía así la Iglesia de Inglaterra (o anglicana), la cual motivada
más bien por criterios políticos y/o sentimientos revanchistas, se había
dedicado a perseguir a cuanto fiel hubiere de la fe católica dentro de las
fronteras del reino. La cabeza del reino se convertía así en el más alto
representante de la fe en Inglaterra, desconociendo la autoridad del Papa
romano y sus directrices lo que llevaría a una persecución y amedrentamiento sin
precedentes sobre todos los católicos ingleses la cual se extendería durante
todo el reinado de Elizabeth I, sucesora del creador de la Iglesia anglicana. La
nueva reina tenía sus propias razones para afrentar a los católicos. Felipe II
de España, ferviente católico y defensor de los intereses de la iglesia romana,
amenazaba contrastantemente la supremacía británica en los mares y las colonias
que ambas naciones pretendían dominar, afrenta que se prolongaría y acarrearía
consecuencias en el reinado del primo de Elizabeth y su sucesor, James I. A
este le tocaría entonces enfrentarse cara a cara con el producto de un siglo de
tensiones y escaramuzas, en lo que sería el intento más avezado de destrucción
de la corona en la historia de Inglaterra. El 5 de Noviembre de 2006 llegaría a
mis manos la película “V for Vendetta”, adaptación fílmica de la novela gráfica
publicada en 1988 por DC comics bajo la autoría de Alan Moore y David Lloyd. La
película, siguiendo los preceptos de la novela del mismo nombre, se presenta
como una alegoría de la opresión y corrupción representada por los gobiernos
del mundo. En ella, en un futuro distópico se nos presenta a una Inglaterra
sometida a una dictadura sustentada en el miedo a los aparatos de información
estatal, y en la ignorancia de la población general ante los maniqueísmos
orquestados por el régimen para hacerse y mantenerse en el poder. El personaje
principal, producto de estas mismas maquinaciones, se ha convertido en un ser
deforme y lleno de venganza quien, siguiendo el ejemplo de los conspiradores de
1605, pretende llevar adelante la destrucción total del Parlamento y con él
como símbolo de toda organización de gobierno de carácter vertical. Para
mantener su identidad oculta, el personaje principal, haciéndose llamar “V”,
utiliza un teatral atuendo negro que incluye capa y sombrero, además de una
máscara que lo asemeja a Guy Fawkes, el único de los conspiradores de 1605 que
fue posible atrapar en el acto, a sólo minutos de llevar a cabo el destructivo
plan. Exaltando su importancia histórica
y libertaria aspiración, “V” orquesta
una serie de atentados calculados en pos de eliminar a altos personeros de
gobierno, para finalmente acabar con el Canciller Supremo del nuevo estado
Inglés. Desde el estreno de la película y producto de grandes movimientos
sociales alrededor del mundo motivados por causas no siempre símiles, la
máscara de Guy Fawkes utilizada en la película se ha convertido en un símbolo
tanto de anonimato como de anarquía y emancipación de toda forma de opresión, alzando
la figura de Guy Fawkes el estatus de ídolo o mito. El 5 de Noviembre de 2016,
me vi caminando por las calles de Winchester siguiendo la procesión de la
Bonfire Night. En esta fiesta ya centenaria, además se ofrecerse los platos
tradicionales como las manzanas de caramelo y los “bonfire toffee”, se instalan
sendas ferias ofreciendo sus productos artesanales y/o culinarios además de
servir de antesala para la procesión. Ésta, que toma lugar al caer la noche, es
conducida por las calles principales de la mayoría de las ciudades inglesas,
generalmente lideradas por el alcalde respectivo y otras autoridades, además de
una banda de bronces local. Tras de esta comitiva, miles de personas
provenientes de todas partes se agrupan para caminar en procesión llevando
consigo sendas antorchas o velas además de juguetes reflectantes y similares.
Niños, ancianos y familias enteras se conducen entonces por las calles en
dirección al campo de juegos local, lugar donde son esperados por una decena de
carros de comida, bebidas y cervezas. En el centro del campo, resguardado éste
por una valla de contención, se encuentra una réplica del parlamento de unos 5
metros de alto por 5 de ancho y rodeada de cañones y símbolos de la ciudad.
Música de las últimas tres décadas suena por los parlantes mientras el animador
hace preguntas de historia a los niños presentes a cambio de premios sorpresa.
Cuando la procesión ha llegado en su totalidad, se inicia el conteo luego del
cual la edificación al centro coronada con una efigie de Guy Fawkes, es incendiada
por completo. Los tres grados de temperatura ambiente, los cuales duelen en los
huesos, se alivian en algo con el halo de calor proveniente de la hoguera. En tan
sólo minutos los cuales son enormemente disfrutados por la multitud, tanto la
figura de Guy como la réplica son reducidas a cenizas, a lo cual le sigue el
lanzamiento de coloridos y resonantes fuegos artificiales por al menos otra
media hora. Desde todos los lugares, a la distancia y provenientes de otras
ciudades, pueden también verse los destellos de la miríada de “Bonfire” que
toman lugar la noche del 5. Una noche para celebrar lo que no ocurrió. Una
noche con muchas caras y sin embargo con un único rostro.
Bonfire Night – Winchester
Fotografía/Photo por/by David Lethei
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