Bitácora poético/cletera...que es lo mismo ni es igual
Journal for poetry and cycling lovers ...that is the same yet it's not equal

domingo, 6 de noviembre de 2016

Fall in Autumn - 8th entry -

FALL IN AUTUMN
                     540 days off season


entry 8  Fireworks

               El 5 de Noviembre de 1605, un grupo de católicos provincianos liderado por Robert Catesby intentó volar en mil pedazos el Parlamento británico. La casa de los Lores, como es también conocido el edificio, se aprestaba a su tradicional apertura anual, momento ideal al ojo de los conspiradores para enviar a James I de Inglaterra y VI de Escocia, el rey de turno, al quinto infierno junto con toda la clase política.  La disputa entre católicos y la corona se había extendido ya por casi un siglo, desde que el rey de la dinastía Tudor Henry VIII, había decidido crear su propia iglesia y ponerse a la cabeza de ella tras haber sido rechazada su petición de divorcio por el Vaticano. Nacía así la Iglesia de Inglaterra (o anglicana), la cual motivada más bien por criterios políticos y/o sentimientos revanchistas, se había dedicado a perseguir a cuanto fiel hubiere de la fe católica dentro de las fronteras del reino. La cabeza del reino se convertía así en el más alto representante de la fe en Inglaterra, desconociendo la autoridad del Papa romano y sus directrices lo que llevaría a una persecución y amedrentamiento sin precedentes sobre todos los católicos ingleses la cual se extendería durante todo el reinado de Elizabeth I, sucesora del creador de la Iglesia anglicana. La nueva reina tenía sus propias razones para afrentar a los católicos. Felipe II de España, ferviente católico y defensor de los intereses de la iglesia romana, amenazaba contrastantemente la supremacía británica en los mares y las colonias que ambas naciones pretendían dominar, afrenta que se prolongaría y acarrearía consecuencias en el reinado del primo de Elizabeth y su sucesor, James I. A este le tocaría entonces enfrentarse cara a cara con el producto de un siglo de tensiones y escaramuzas, en lo que sería el intento más avezado de destrucción de la corona en la historia de Inglaterra. El 5 de Noviembre de 2006 llegaría a mis manos la película “V for Vendetta”, adaptación fílmica de la novela gráfica publicada en 1988 por DC comics bajo la autoría de Alan Moore y David Lloyd. La película, siguiendo los preceptos de la novela del mismo nombre, se presenta como una alegoría de la opresión y corrupción representada por los gobiernos del mundo. En ella, en un futuro distópico se nos presenta a una Inglaterra sometida a una dictadura sustentada en el miedo a los aparatos de información estatal, y en la ignorancia de la población general ante los maniqueísmos orquestados por el régimen para hacerse y mantenerse en el poder. El personaje principal, producto de estas mismas maquinaciones, se ha convertido en un ser deforme y lleno de venganza quien, siguiendo el ejemplo de los conspiradores de 1605, pretende llevar adelante la destrucción total del Parlamento y con él como símbolo de toda organización de gobierno de carácter vertical. Para mantener su identidad oculta, el personaje principal, haciéndose llamar “V”, utiliza un teatral atuendo negro que incluye capa y sombrero, además de una máscara que lo asemeja a Guy Fawkes, el único de los conspiradores de 1605 que fue posible atrapar en el acto, a sólo minutos de llevar a cabo el destructivo plan.  Exaltando su importancia histórica y  libertaria aspiración, “V” orquesta una serie de atentados calculados en pos de eliminar a altos personeros de gobierno, para finalmente acabar con el Canciller Supremo del nuevo estado Inglés. Desde el estreno de la película y producto de grandes movimientos sociales alrededor del mundo motivados por causas no siempre símiles, la máscara de Guy Fawkes utilizada en la película se ha convertido en un símbolo tanto de anonimato como de anarquía y emancipación de toda forma de opresión, alzando la figura de Guy Fawkes el estatus de ídolo o mito. El 5 de Noviembre de 2016, me vi caminando por las calles de Winchester siguiendo la procesión de la Bonfire Night. En esta fiesta ya centenaria, además se ofrecerse los platos tradicionales como las manzanas de caramelo y los “bonfire toffee”, se instalan sendas ferias ofreciendo sus productos artesanales y/o culinarios además de servir de antesala para la procesión. Ésta, que toma lugar al caer la noche, es conducida por las calles principales de la mayoría de las ciudades inglesas, generalmente lideradas por el alcalde respectivo y otras autoridades, además de una banda de bronces local. Tras de esta comitiva, miles de personas provenientes de todas partes se agrupan para caminar en procesión llevando consigo sendas antorchas o velas además de juguetes reflectantes y similares. Niños, ancianos y familias enteras se conducen entonces por las calles en dirección al campo de juegos local, lugar donde son esperados por una decena de carros de comida, bebidas y cervezas. En el centro del campo, resguardado éste por una valla de contención, se encuentra una réplica del parlamento de unos 5 metros de alto por 5 de ancho y rodeada de cañones y símbolos de la ciudad. Música de las últimas tres décadas suena por los parlantes mientras el animador hace preguntas de historia a los niños presentes a cambio de premios sorpresa. Cuando la procesión ha llegado en su totalidad, se inicia el conteo luego del cual la edificación al centro coronada con una efigie de Guy Fawkes, es incendiada por completo. Los tres grados de temperatura ambiente, los cuales duelen en los huesos, se alivian en algo con el halo de calor proveniente de la hoguera. En tan sólo minutos los cuales son enormemente disfrutados por la multitud, tanto la figura de Guy como la réplica son reducidas a cenizas, a lo cual le sigue el lanzamiento de coloridos y resonantes fuegos artificiales por al menos otra media hora. Desde todos los lugares, a la distancia y provenientes de otras ciudades, pueden también verse los destellos de la miríada de “Bonfire” que toman lugar la noche del 5. Una noche para celebrar lo que no ocurrió. Una noche con muchas caras y sin embargo con un único rostro.




Bonfire Night – Winchester

Fotografía/Photo por/by David Lethei

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