Bitácora poético/cletera...que es lo mismo ni es igual
Journal for poetry and cycling lovers ...that is the same yet it's not equal

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Fall in Autumn - 12th entry - Part II

FALL IN AUTUMN
                     540 days off season


entry 12 Part II  Cymru (Into Wales and back)


                              Sus ojos titilaban en la noche. Titilaban entre las luces de Liverpool y los sabores de Bari. Sus ojos titilaban dentro de mí. Titilaban entre el frío y la noche en Chester, aguardando el bus mientras se congelaba el pasamano. Sus ojos titilaban a la distancia. Tras pasar una reparadora noche en Chester, ese domingo me levanté ansioso ante lo que se avenía. Ya había recorrido por mi cuenta la costa oeste de Cymru y el día prometía una nueva aventura internándose junto a un grupo de desconocidos hasta el corazón de Snowdonia. Tras recorrer los vestigios dejados por los romanos en la ciudad, iluminados grácilmente por las luces de la mañana, me dirigí presuroso hasta el punto de reunión acordado. Me había inscrito en un grupo turístico y nos llevarían en una van por aquellos lugares que no había recorrido el día anterior. Fue así que me encontré con un cuarteto de chicas de Suiza, dos parejas francesas y un trío compuesto por dos italianas y una polaca. Y por supuesto con Frank, nuestro guía de turno. Tras pasar los saludos de rigor nos dirigimos hasta Llandudno, un balneario victoriano adornado con estatuas de las creaciones de Lewis Carroll, poseedor de un hermoso muelle pintado de blanco, y coronado con un gran promontorio desde el cual se puede apreciar toda la localidad e incluso más allá, alcanzando la vista hasta Anglesey, Liverpool y por supuesto, las grandes alturas de Eryri. Desde ahí enfilamos hacia Conwy, pequeño pueblo poseedor de unos de los mejor conservados castillos medievales de toda Gran Bretaña, hogar alguna vez de Edward I y bastión de su poderío en la región durante las guerras de independencia. Además, destaca por los muros que protegen al pequeño pueblo, los cuales es factible recorrer pudiéndose apreciar desde la distancia tanto la imponencia de la construcción medieval como la belleza de la desembocadura del río Conwy. Conwy cuenta además con la casa más pequeña de toda Gran Bretaña, parte de los encantos de esta villa medieval patrimonio de la Humanidad. Tras dejarlo atrás, y tras pasar la antigua villa minera de Bethesda, nuestro variopinto grupo se dirigió hacia el sur, adentrándonos por fin en el sinuoso valle entre las montañas de Snowdonia, recorriendo “The long and winding road” como es conocida la ruta principal por sus sinuosos recovecos y serpenteante trazado, hasta llegar a Pont Pen-y-benglog junto al lago Ogwen. Ahí pudimos apreciar los esteros, cascadas y riachuelos que descienden desde las altas cimas en su camino al mar, flanqueados de lado a lado por las altas montañas nevadas de Gales con su característico gris pedregoso producto de milenarias glaciaciones. Más adelante, los valles cafés, amarillos y rojizos dan paso a verdes explanadas y lagunas, abrazadas por tupidos bosques y escasos asentamientos. Entre ellos, nos detuvimos en Betws-y-Coed, donde las calles olorosas a leña se adornan para los turistas con tiendas de souvenirs además de emporios donde ataviarse para el montañismo. La luz, ya haciéndose escasa, nos hizo apurar el tranco (o el motor para el caso) en dirección este hacia el antiguo acueducto de Pontcysyllte, el cual cruzando sobre las aguas del río Dee, permite la navegación y el recorrido a pie. La moribunda luz de la tarde nos regalaría entonces una última mirada sobre los picos de Eryri, de donde nacen las aguas que alimentan las fértiles tierras de Cymru y su pueblo ancestral. Engolosinados de tanto paisaje y ya entregados al divertimento, el variopinto grupo terminó de contar los millones de ovejas blancas y negras generosamente repartidas por los campos y trató de enunciar las últimas palabras de despedida en galés; Hwyl Cymru (adiós Cymru) y por supuesto, la impronunciable Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch la cual nadie pudo atinar a decir. Al llegar a Chester y viendo que algunos del grupo serían llevados hasta Liverpool tomé la intempestiva decisión de irme con ellos. Tenía pasajes de regreso a medianoche desde Chester, y aun cuando ya la noche era cerrada, apenas las 5 de la tarde era lo que marcaban los relojes. Ya habiendo recorrido Chester los días previos, y completamente entregado a un impulso, me dejé caer por Liverpool sin mapa ni preparación alguna, muchísimo menos boleto de regreso hasta donde debía tomar el bus de vuelta a Southampton. Tenía 6 horas para descubrir lo que me trajera el destino o la casualidad, y para encontrar la manera de regresar a tiempo. Las luces de Liverpool titilaban y bullía la vida en torno a sus calles y muelles. Las luces titilaban y sus ojos titilaban dentro mío.



Snowdonia Mountains – Eryri

Fotografía/Photo por/by David Lethei

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