FALL IN AUTUMN
540 days off season
entry 17 – From praying to bathing
Venta Belgarium, como la llamaron los romanos, prontamente sería
convertida en la primera capital de Inglaterra. Mucho antes de que la posta le
fuera entregada a Londres, Winchester, con su portentosa catedral construida a
lo largo de cinco siglos, y su Great Hall, construido en algún punto del siglo
XIII y albergando la artúrica mesa redonda (o así se pretende), se erige hoy
como la capital administrativa del condado de Hampshire. Un paseo por sus
calles es remontarse un par de siglos no particularmente por su trazado
comercial ni su arquitectura más vigente, sino porque alberga algunos de los
edificios más antiguos de Inglaterra. Además de los ya mencionados, el Wolvesey
Castle se alza desde sus ruinas que datan de 1110, en el mismo sitio donde
alguna vez se ubicase una edificación de tradición sajona. Así también, el Hospital de St. Cross, fundado
en 1130 y el Winchester College, con alrededor de 600 años de antigüedad,
defienden orgullosamente el título de ciudad de reyes y sacerdotes con el que
Winchester se presenta al mundo actual, uno donde las tecnologías instantáneas
y la futilidad son ley. Datando en su primera construcción de 1545, y luego
siendo reformulada en 1834, “La Viñita” por otra parte, se levanta como una
pequeña capilla junto al antiguo Cerro Blanco en la comuna de Recoleta. Su
continuidad, puesta en duda por sendos movimientos telúricos, se ha visto no
sólo expuesta a los avatares de la naturaleza sino también a la desidia de una
comunidad sino desinteresada en la misma, al menos impotente ante su progresiva
y aparentemente irrevocable destrucción. En la misma línea, el antiguo templo a
San Francisco ubicado junto a la antigua Cañada de Santiago, se levanta ahí en
su versión actual desde 1865. Su primera versión, llevada adelante en material
de adobe y por mano indígena, data de 1575. Terremotos en 1583, 1647, 1710,
1985, y otras sendas demoliciones interiores motivadas por razones estructurales,
políticas y/o económicas han hecho que este templo se convierta en ruinas y sin
embargo sea erigido nuevamente una y otra vez. Muy lejos de ahí se encuentra
Bath. Conocida como Aquae Sulis en tiempos del Imperio Romano, la ciudad
patrimonio data del año 43 EC y cuenta con no sólo magníficas muestras de la
huella latina en tierras británicas como los Baños Romanos y los Muros
defensivos de la ciudad, sino también con deslumbrantes edificaciones post
romanas como la Abadía de Bath construida en el siglo VII, medievales como el
St. John´s Hospital erigido en 1180, y modernas como The Circus, edificado en
1768. “Las aguas de Minerva” como también fuere conocida la ciudad, es
flanqueada por el río Avon, el cual encierra la ciudad entre sí y los cerros
circundantes, haciendo de Bath un museo enmarcado por verdes y boscosas áreas rurales.
Llena de tiendas que han respetado su tradicional arquitectura y los pálidos
tonos de sus edificaciones más antiguas, la ciudad es también abundante en
iglesias de gran magnitud, dispersas por todo el plano de la ciudad y coronando
sus torres con elaborados detalles de mampostería. Caminando por las añosas
calles de Winchester y luego por los escuetos pasajes en Bath consideré cuánta
relación podrá tener esto con la manera en que el carácter nacional ha sido
forjado. En Inglaterra, carentes de terremotos, tsunamis, volcanes y otra
variopinta gama de desastres naturales, se ha podido desarrollar y mantener en
el tiempo el designio de distintas manifestaciones arquitectónicas y
urbanísticas. Desde vestigios neolíticos como Stonehenge, pasando por
construcciones clásicas, normandas, medievales y modernas, Inglaterra se aferra
a sus tradiciones de la misma manera en que el chileno medio se aferra a su
resiliencia. Orgullosos de su pasado, los ingleses caminan por sus cuidadas
ciudades y las ofrecen al mundo como un ejemplo de civilidad e historia,
modernidad y clasicismo, tradición y linaje. Los chilenos, por otra parte,
dependemos de nuestra tierra, nuestro mar y nuestras montañas. Dependemos de
sus riquezas, de su generosidad y sobretodo, de su clemencia; como una pequeña
flor en el desierto del infortunio, Chile no puede darse el lujo de poseer la
más bella arquitectura de la tierra, pero sí la del cielo.
The Round Table at the Great Hall – Winchester
Pulteney Bridge – Bath
The Round Table at the Great Hall – Winchester
Pulteney Bridge – Bath
Fotografía/Photo por/by David Lethei
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